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LA LUCHA CONTRA EL RACISMO EN MÉXICO

El racismo es discriminación, exclusión, invisibilización, desvalorización, negación y dolor. Se expresa en prácticas concretas que afectan y estigmatizan ciertos cuerpos por su apariencia física -por el color de piel, por nuestras facciones, por cómo vestimos, por hablar alguna lengua indígena, por tener un acento. En México, el racismo está anclado en su historia colonial y patriarcal reproduciendo el desprecio y la exclusión de las poblaciones originarias y afrodescendientes. Oculto bajo un mestizaje homogeneizante que oprime, ha sido -es- profundo, estructural, cotidiano. Está latente y nos cruza a todos, a todas. Es una mirada de desprecio, un gesto indiferente, una frase con dolo, un chiste sin sentido. Es también falta de oportunidades, de acceso a salud, a información, a servicios. Es una educación diferenciada, de baja calidad, excluyente, con una sola perspectiva -mestiza, blanca. Es negar otros saberes, otras formas de producción de conocimiento: racismo epistémico. 

Las mujeres indígenas, además de racismo, enfrentamos sexismo. Somos discriminadas por nuestro origen étnico y por nuestro género. Nuestras exclusiones son múltiples, más complejas, más profundas, más dolorosas. Las oportunidades son menores, los estigmas más pesados. Y por ello nuestras luchas también son en varios frentes: dentro y fuera de nuestras comunidades; como mujeres, como indígenas, como individuas y como parte de colectivos; como madres, hijas, hermanas, amigas, compañeras. En esas luchas negociamos, dialogamos, resignificamos. 

 

Este es un espacio desde donde  un grupo de mujeres profesionistas con estudios de posgrado, la mayoría indígenas, pero también mestizas, queremos compartir y reflexionar sobre nuestras experiencias de racismo y sexismo en la educación superior. Nos interesa sobre todo exponer las estrategias de resistencia y transformación que hemos encontrado -desarrollado, inventado- como una expresión de esa resignificación identitaria. Desde nuestras luchas nos redignificamos, nos definimos como actoras sociales y políticas quienes cuestionamos, aportamos, generamos, transgredimos. Nuestra trayectorias de acceso y tránsito por la educación superior son muestra de ese racismo estructural, enraizado; pero también de esas luchas nuestras -personales y colectivas; de esas negociaciones con nuestras familias, nuestros pueblos, con nosotras mismas; de resistencias frente a instituciones académicas patriarcales, homogeneizantes. 

Además de voces indígenas, en este blog hay pensares y sentires de mujeres mestizas. Las coaliciones y sinergias son importantes, necesarias, inevitables. Somos todas parte de esas luchas, de esas resistencias. Somos cómplices. Las mestizas queremos comprender de qué manera estamos implicadas en esa exclusión estructural y evidenciar nuestros privilegios, reconocerlos, incluirlos en las discusiones. A todas nos interesa compartir colaboraciones, redes y co-construir agendas. Nos interesa ocupar los foros públicos virtuales para difundir las estrategias de resistencia al racismo, visibilizar las pocas o nulas posibilidades de acceso a la educación superior y pugnar por una academia que sirva a la pluralidad epistémica y a la justicia social. 

Este blog es parte de esas colaboraciones. Forma parte de una serie de acciones que llevaremos a cabo dentro del proyecto “Las mujeres indígenas se vuelven virtuales: Respondiendo al racismo en la educación de posgrado en América Latina (#Indígena&Mujeres@ES)”,  para el cual hemos contado con el apoyo del International Institute of Social  Studies- Erasmus University Rotterdam (ISS-EUR). Anteriormente participamos en la Campaña de Acciones en Internet para la Erradicación del Racismo en la Educación Superior en América Latina. Un proyecto de la Cátedra de la UNESCO sobre Educación Superior y Pueblos Indígenas y Afrodescendientes en América Latina.

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